La educación formal en la nueva ecología del aprendizaje: tendencias, retos y agenda de investigación.

Hay actualmente un consenso bastante amplio sobre el cambio radical que se ha producido en el transcurso de las dos o tres últimas décadas en el papel del aprendizaje en la vida de las personas y en casi todos los parámetros que intervienen en el aprendizaje: dónde aprendemos, cuándo, cómo, con quién y de quien, y por supuesto qué y sobre todo para qué aprendemos (Banks y otros, 2007; Collins y Halverson, 2010; JISC, 2012).
Estos cambios, asociados al nuevo escenario económico, social, político y cultural de la SI que se ha ido perfilando, instalando y generalizando de manera progresiva, han sido calificados de varias maneras y abordados desde diferentes perspectivas: como una nueva ecología del aprendizaje.

Tres apartados para entender:

Primero: plantean retos complejos a la educación formal y están en el origen de la transformación que ésta tiene que acometer para poder seguir cumpliendo su finalidad de ayudar los seres humanos a desarrollarse y a construirse como personas.

La importancia creciente de unas necesidades de aprendizaje que se plantean a las personas mucho más allá de la educación básica y de los períodos de formación inicial, prácticamente a lo largo de toda la vida, se añade la aparición, de la mano sobre todo de las tecnologías digitales de la información y la comunicación (TIC), de nuevos e inéditos contextos de actividad que ofrecen a las personas oportunidades, recursos y herramientas para aprender

Segundo: señalaré algunas posibles vías de actuación para afrontarlos.
La personalización del aprendizaje es ya una realidad, una aspiración e incluso, en algunas formulaciones teóricas, un principio pedagógico.
Como realidad, sin embargo, actualmente se detiene a las puertas de las 10 instituciones de educación formal y escolar, que siguen operando sobre el principio de un curriculum único y común para todo el alumnado.
Estos cambios plantean serios desafíos a las instituciones de educación formal y escolar, y en definitiva a los sistemas educativos de los que forman parte estas instituciones, que responden a una ecología del aprendizaje con unas características muy alejadas a las de la nueva ecología que se está perfilando.

Ejemplos de posibles instituciones:

-El primero es la reubicación de las instituciones de educación formal en la red de contextos de aprendizaje por los que transitan los alumnos y alumnas y a partir de los cuales construyen sus trayectorias individuales de aprendizaje.

La aparición de contextos inéditos de actividad que ofrecen a las personas oportunidades, herramientas y recursos para aprender y el incremento de la potencialidad de los contextos tradicionales como nichos de aprendizaje, se compadece mal con esta visión restringida de la educación. 

-El segundo desafío es el de la personalización del aprendizaje también en los contextos e instituciones de educación formal y escolar. La personalización del aprendizaje es ya una realidad, una aspiración e incluso, en algunas formulaciones teóricas, un principio pedagógico.

Tercer desafio con instituciones orientadas a formar buenos alumnos y buenos estudiantes a otras cuya finalidad es formar aprendices competentes. En un escenario en el que el aprendizaje ya no está asociado a una fase determinada de la vida –el período de formación inicial– ni a unos contextos específicos –las instituciones de educación formal y escolar–, sino que extiende a lo largo de la vida y se expande a múltiples contextos de actividad, la adquisición y el desarrollo de las competencias asociadas a la capacidad de aprender devienen cruciales. 

Estos desafíos están en la base de buena parte de los desajustes que muestran actualmente estas instituciones y que se traducen en bajos niveles de rendimiento del alumnado, en tasas relativamente altas de abandono y fracaso escolar y en una cierta insatisfacción y falta de motivación de sectores más o menos amplios del alumnado y del profesorado.

Tercero: identificare a las agendas de la investigación y la innovación en educación y aludiré al papel que pueden jugar razonablemente las tecnologías digitales de la información y la 4 comunicación en el abordaje y la superación.

Se extiende a lo largo de la vida y se expande a múltiples contextos de actividad, la adquisición y el desarrollo de las competencias asociadas a la capacidad de aprender devienen cruciales. Los sistemas educativos actuales, sin embargo, no responden a la finalidad de formar aprendices competentes.

Nos enfrentamos como consecuencia de la nueva ecología del aprendizaje y de los retos que plantea a la educación formal y escolar. Pese a ello, bastan para ilustrar y apoyar la idea de cierre de este trabajo, que se puede formular sintéticamente como sigue.
Los desafíos que enfrenta en este momento la educación formal y escolar no se sitúan solo en el ámbito de las políticas educativas, sino que apelan también a la investigación y la innovación.


(Banks y otros, 2007; Collins y Halverson, 2010; JISC, 2012).
Coll, C. (2000). Educación, territorio y responsabilidad ciudadana. En J.A. Garcde (Ed), Políticas sociales y estado del bienestar en España. Informe 2000 (pp. 165- 187). Madrid: FUHEM/Trotta.